Sport Area Club

Hoy a las 5:41 pm Aún me acuerdo cuando el fútbol comenzó a maravillarme, después de un mundial en Italia donde fuimos apeados por aquella, hoy desintegrada, Yugoslavia. Corrían buenos tiempos para el fútbol y recuerdo que por aquel entonces ya se estaba cocinando a fuego lento uno de los equipos más temibles de la historia del fútbol, que no es otro que el dream team de Johan Cruyff.

Con un FC Barcelona instalado en la crisis el flaco llegó a la ciudad condal instaurando en todas las categorías del club el 3-4-3 a sabiendas que en unos años la cantera sería uno de los principales baluartes del Club Catalán, y no se equivocó.

Las dos primeras temporadas de Johan en el Barcelona fueron complicadas hasta que sus ideas se asentaran pero allá por 1991 un nuevo director de orquesta llegaba al primer equipo. Natural de Santpedor, con tan solo 20 años, a Pep Guardiola se le encomendaba la ardua tarea de hacer carburar a un equipo diseñado para copar los mejores titulares y ofrecer probablemente las mejores tardes de fútbol que se recuerdan en el Camp Nou.

El carburador de un motor desempeña un papel fundamental, al permitir que el vehículo arranque con facilidad, acelere sin vacilaciones, circule de manera económica, rinda al máximo y no se detenga en pleno tráfico. Pep, a pesar de su temprana edad, no solo deslumbraba a medio mundo con su precisión de pase o su velocidad mental, sino que creaba todo un ídolo a seguir en la Masía, de la que posteriormente han salido otros tantos mediocentros con cortes similares al suyo.

Aquel equipo estaba plagado de grandes figuras como Stoichkov o Romario, éstos decidían partidos pero Pep, el lánguido y flaco Pep era el encargado de hacer bascular a los equipos contrarios, dar la pausa al juego hasta que los espacios aparecían.

Con aquel fútbol ofensivo de vistoso pronto llegaron los resultados, el equipo blaugrana engordaba sus vitrinas con la primera Copa de Europa de su historia, una deuda con la historia con demasiado peso moral para los culés.

Al trofeo continental le acompañarían 4 ligas consecutivas y la medalla de oro que el combinado olímpico español logró en aquel mágico Barcelona 92. Incluso fue premiado con el trofeo Bravo que le acreditaba como la mejor promesa futbolística del 1992.

Probablemente el punto de inflexión de aquel equipo de ensueño fue la final de Champions del año 1994 donde el equipo blaugrana fue derrotado por un Milán que se presentó en la final con piel de cordero y que endosó un doloroso 4 – 0 al que por aquel entonces se consideraba como el mejor equipo del continente.

Tras la marcha del Cruyff del banquillo blaugrana la idea se perdió y pronto llegaron nuevos esquemas en los que las piezas funcionaban, pero no con la armonía ni la suavidad como lo hacían antes.

Por corazón Pep, lejos de marcharse a un equipo de la liga española donde a buen seguro se enfrentaría a su club de toda la vida, emigró al extranjero donde poco a poco murió futbolísticamente.

Aunque es probable que mucha gente no comparta mi opinión, para mi es el mejor medio centro de la historia, no solo por la perfección y acierto temporal de todos los pases que daba sino porque gracias a él funcionó uno de los mejores equipos de la historia y ese es privilegio reservado solo para los más grandes genios, como él.

Escrito por Oswill para Sport Área Club.