"Rezo por él", decía su madre Rosilda, desesperada, el jueves pasado; "y pido a todos que recen por él". No se sabe si los rezos de su madre hicieron el efecto deseado. El hijo, Adriano Leite Ribeiro, ha anunciado que dejará el fútbol por tiempo indeterminado. Lo hizo durante una conferencia de prensa en un hotel de Río de Janeiro tras permanecer en paradero desconocido durante una semana. El 1 de abril, después de jugar con Brasil un partido de clasificación para el Mundial, frente a Perú, el delantero desapareció. Algunos medios sudamericanos le dieron por muerto. Sus declaraciones le devuelven a la vida pública pero le alejan del fútbol y, sobre todo, del Inter de Milán, club con el que tiene contrato hasta 2010. "He perdido la alegría de jugar. En Italia no soy feliz. No sé si voy a quedarme uno, dos o tres meses sin jugar. Voy a reflexionar sobre mi carrera. No era feliz en Italia. Soy feliz en Brasil, junto a mis amigos y a mis familiares".
La estrella del Inter, que con Mourinho, su actual entrenador en el Inter, mantiene una relación tan complicada como la que le caracterizó con Mancini, el anterior técnico, declaró que cortaba por lo sano. Así parece que acabará la crisis personal y deportiva que lastra su carrera en el equipo lombardo desde hace cuatro años. Mientras Adriano habla en Río, en Milán el Inter negocia con su representante una ruptura del contrato que los unía. "Quería explicar lo que pasó en los últimos días", contó el jugador, de 27 años. "Todo lo que hice fue bien pensado. Conversé con mi familia, mis amigos y mi agente. Hago esto pensando en mi felicidad".
Adriano, que hasta hace unos años era una de las figuras más prometedoras del fútbol brasileño, perdió interés por el fútbol profesional estando en Milán. Esta temporada, Mourinho se empeñó en recuperarle para la causa. Para ello procuró alejarlo de la vida nocturna. Pero fracasó. Adriano siguió frecuentando discotecas hasta el alba. Siguió faltando a los entrenamientos. Siguió sin dormir de noche. Los rumores sobre su adicción a las drogas y al alcohol salpicaron la prensa italiana. En Río, ante una nube de cámaras, el protagonista de la desventura dio por terminada su agónica relación con el fútbol y anunció lo que muchos habrían resuelto para perseguir la felicidad. Unas vacaciones por tiempo indefinido.
"Sufría una presión muy grande desde que tenía 18 años", confesó el futbolista, cuyos problemas de conducta se remontan a su adolescencia, cuando mataron a tiros a su padre en la favela carioca de Vila Cruzeiro. "Mucha gente no lo comprenderá pero mi situación era pesada, mala. No era fácil para mí. Dejar el Inter es una opción de vida. No sé si volveré a jugar. Pero si lo hago será en Brasil. Para mi club de siempre, el Flamengo".
Lo cierto es que el mundial del 06 causó estragos en la selección Brasileña, Ronaldo se terminó ese año, Ronaldinho comenzó su declive, Roberto Carlos y Cafu por edad lo dejaron y Adriano dejó de ser el aspirante a mejor 9 del mundo para convertirse en asiduo a los medios por otras noticias que poco o nada tienen que ver con el fútbol, una pena Adriano ojala vuelvas pronto.
Fuente El País.

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